Dos poemas para niños


Burbuja


El primer viento nació
de una semilla transparente.

La trajo el río hasta mi jardín
en el celeste que asoma
cuando suben y bajan los ojos
si miro al cielo, si miro al agua.

La semilla del viento no brotó en mi casa,
ni río abajo, ni río arriba.

El viento todavía no tenía
ganas de nacer.

La semilla pasó flotando por mi cara.
Un caramelo de aire
de mejilla a mejilla,
un beso en el reflejo del beso.

Era un mundo sin molinos
ni barriletes, ni panaderos
y yo todavía
no había aprendido a soplar.




El olor más rico del mundo


El olor más rico del mundo
llegó volando desde muy lejos.
Como una golondrina
se posó en el pan de la mañana
buscando calor
y se hizo despertar recién tostado.

El olor más rico del mundo
llegó en un crujir de alas de metal.
Como un pichón brillante
picoteó los granos del día
buscando su plumón
y se hizo café recién desperezado.

El olor más rico del mundo
llegó rodando desde muy lejos.
Como un sol salido del sueño
de todos los pájaros
buscando tu boca roja
y se hizo naranja recién amanecida.

El olor más rico del mundo
llegó encerrado en tus ojos.
Como un ave secreta
pidió dos de azúcar
leche y mermelada

y se hizo para siempre y para el resto del día.



(Estos poemas pertenecen a Poeplas, antología de poetas y artistas visuales argentinos de LIJ, de próxima aparición)

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