- ¿Qué buscas, hijo? - preguntó Nguenechén.
- Algún alimento para mis hermanos de la tribu que se mueren de hambre.
Por desgracia no he encontrado nada.
- Y tantos piñones que ves en el piso bajo los pehuenes, ¿no son comestibles?
Leyenda del Pehuén (fragmento)
1
somos inocentes
tu jardín
tiene un volcán apenas asomado
tu rebaño
trae a los hombres la lana de la escritura
2
tu telar
es de madera de araucaria
nuestros brazos hablan
por boca de volcán
el rehue está rebosante de palabra escrita
3
tejimos una piedra y un zapato
subimos a tu cumbre
perdónanos la molestia
así como nosotros
tenemos confianza en nuestro dios
4
Nguenechen ha dado fruto
su madera es el cáliz
donde hierven las agujas
de nuestros pies dormidos
nuestra huella es de fuego sobre el basalto quebrado
5
somos
la sombra que deja un dios descalzo
en la punta del cielo
los restos mortales
vegetales
de un tejido inconcluso
6
la sequía nos trajo hasta aquí
con las manos unidas formando un cuenco
pedimos tu fuego
para llegar al sitio
donde las aguas mugen
somos sagrados
nuestra abundancia está en los cuernos
7
la mitad
está del otro lado
caballos
de la rienda de la noche
hombres
mientras
una gota negra
cae
un dedo dibuja
un trazo sobre el vidrio
8
y el tacto es un tambor
la curvatura del azúcar en tu día
Pehuén
la machi que maldijo
puso tus husos ahí
donde el cristal se vuelve hilo
toco
horas que pasan como ovejas
9
con
hambre de púas
la luna es una tormenta
hubo un mar aquí alguna vez
de aquel naufragio
crecieron árboles
10
cuento con mis manos que pastan para dormir
tu beso llega en el tiempo de la esquila
filo
que corta por la mitad
11
tirando de las bridas de la luz
monto por el filo que separa
hombre y caballo
su silueta
es un tropiezo en la mitad
cada vez que se cae
se apoya en mi sombra
12
en el sentido del tiempo
las agujas pasan por mi mano
como tu espina dorsal
en la arena que vuela
13
en cuatro patas atadas
cabe un dedo
se desliza
con el filo hasta la piel
con lo que sobra
de mi mano
estoy tejiendo un sable de lana
14
el fardo
se estiba en un espejo
a través de la lana
Pehuen
crecimos en tamaño
15
filo que come carne rumiante
pastora de nadie
cascada
seca y dura
como tus hojas
me corto
como el Limay con la piedra
16
hierven tus piñones
avispas
en el viento que sopla
no me voy a quemar esta vez
para comerte blando
me callo
lo que tu sombra divulga
17
antes de saber
que tu fruto era comida
tu fruto fue veneno
fruto prohibido
aún temo la ira de Nguenechén
llueve sopa de piñón
pero mi boca se cierra
como el ojo que mira un secreto
18
del llanto de Pehuén
se curan las heridas
tengo un frasquito lleno
de goma de Pehuén
le lloro adentro
para cicatrizar
Pehuén
no me devuelvas
llevándote los vidrios
19
el alimento cae
con los primeros fríos
un perro se libra del exceso
muda de piel en gotas duras
Pehuén
el peso de los hijos
es lo que da de comer
un ladrido
retumba en mis calderos
20
me cuento los anillos
el tiempo desgarra
la piedra de vivir
tomada por el cuello
me vuelvo inofensiva
suero
la piel del agua es el retrato
de una dama que se hunde
mirame y no me toques
Pehuén
por miles de años
Castor
Introducido en 1946 por productores de pieles instalados en Lago Fagnano, Tierra del Fuego, sus represas alteran peligrosamente los ecosistemas patagónicos. Por donde pasa el castor transcurren muchos años antes de que vuelva a regenerarse el medio.
Fabián Jaksic y Clive Jones. Animales exóticos en las islas magallánicas.
El castor recibe su nombre del hecho de ser castrado. Este animal es cazado por sus testículos, que resultan aptos para su uso en medicina y perfumería; cuando un cazador se aproxima a un castor, y éste advierte que ya no puede huir, él mismo extirpa sus testículos para lograr salvarse.
Isidoro de Sevilla. Etymologiarum, 12, 2:21
1
sombra del agua en el agua
curva del roedor en gotas chinas
dientes paralelos de la demora
compro tierra por hacer algo edificante
Castor me mira y se sumerge
2
Castor es para el agua
y la sombra soy yo
de mis raíces
la mitad más alta
me está predestinada
la otra mitad
sólo espera
el reflejo
de la piedra hundida
3
para Castor el agua
es una gota
mis ojos
la línea de flotación
4
la inmersión
es el descenso de la piedra china
fricción del agua
en su propio pelaje
5
Castor cubre las apariencias
con un delgado movimiento
se despereza
y mira
la raíz
como si fuera inocente
6
dormir de la tierra
para vivir
la espesura dilata las pupilas
observo
cómo al abrigo del mundo
se cubre el fin del mundo
7
la escarcha toma su cola de pez
un hilo plateado
en el cristal mullido
reconozco
al tacto
la espina de la fragilidad
8
cubro de raíz
la mitad que se pudre
Castor orada
la continuidad de mi especie
una especie en peligro de inmigración
miro
como quien mira el agua
debajo del agua
9
pero somos inocentes
escucho
la circulación del alimento
los túneles que engorda
la naturaleza
10
Castor
mi casa es de madera antisísmica
nos hicimos pequeños
para poder entrar
pero el temblor
nos puso en evidencia
el agua clandestina
dejó un reguero de escamas
11
la espalda del agua te atraviesa
por tu cuello muere un pez
es la madera en que se mecen los caballos
12
el latido de la madera
en tu silencio
espero que aprendas a hablar
Castor
de qué están hechos
los leños
que se encienden en el agua
13
Castor produce
un aumento de caudal
pero un túnel se lo lleva
porto mis diques
como la vestimenta requerida
para un largo viaje
soy mis lagunas
mi extensión es tubular
sueno a hueco
14
mientras Castor
compone el desencuentro
del agua con el agua
viajo sola
dulce
incolora
insípida
fría
un espejo
que se mira en un espejo
que se mira en un espejo
que se mira en un espejo
así
hasta el cielo
15
caminar sobre las aguas es asunto de santos
para salir ilesos de la falta de huellas
nuestro corte transversal
es la envoltura del agua
abierta en canal
un derrotero impecable
se hace eco de los pasos
16
pido pan
la miga del agua tiene
para andar
mi dentadura
Castor
para no perderse
el agua se ha vuelto masticable
y difícil de tragar
pasto de roedores
mi mandíbula es el mundo conocido
encierra una lengua de agua
que guarda el secreto
como se guarda el pan
para que dure
17
para salir a flote
la carne de contar
nos une los dedos
la cuenta regresiva
es un movimiento
de la palma en el agua
el impulso se toma el tiempo
entre una brazada
y otra
¿cómo será el agua que nos una?
para nadar me alcanzan
los dedos de tu mano
y lo que viene con ella
18
tu mitad está de mi lado
la otra mitad
tiene el peso de las mariposas
posadas por miles
quiebran las ramas
Castor
las alas levan anclas
19
el sueño se había abierto
el disparo salía de él como un perfume
20
un gigantesco tronco
se ensanchaba
para enterrar al fin
en el corazón del agua
una dentellada del aroma
removiendo la imagen
21
el cristal se hace carne
y la respiración
un alambique donde lavar el flujo
impecable y sonoro
metido hondo en las fosas nasales
era posible comprender
la incomodidad de tus patas
en el conducto
aún así
inhalamos juntos
pujando por salir
22
escapábamos de incógnito
a la cornamenta de hierba
ni siquiera supe
que habías sido destilado
o que habías atravesado limpiamente
mis dedos
mi cuerpo entero soportó tu peso
con el frío de tu parte
mis manos vueltas
astillas de alambique
despedían tu olor
23
haber sobrevivido
y no poder contar
con lo más profundo
los dientes
se hicieron carne
de la urgencia
para el cazador
queda el perfume
la cura en salud
es una costra
un retoño que brota
en la ingle llena de cánulas
24
el deseo de hundirse
como una moneda
en tu ranura
lo que dejó detrás
para los cazadores
lo que prometió
no se cumple
Cigüeñas
Cuando el petróleo no emana por su propia cuenta por falta de presión o por tener demasiada viscosidad, se debe recurrir a otros métodos. La operación consiste en bajar una bomba de profundidad que suministre energía adicional e impulse el fluido, unida a una sarta de varillas conectadas al aparato de bombeo, al que le dan movimiento. El Aparato Individual de Bombeo comúnmente es conocido como "Cigüeña".
Comodoro Rivadavia. Museo del petróleo. El Bombeo Mecánico.
1
erguirse es una forma de volver
un hilo de seda separa
la curva de la recta
trabaja el aire
con el filo del regreso
la reverencia
toma del cielo las nubes de los ojos
y engorda la tierra
la vista se nubla en la meseta
2
los oasis
enderezan la garganta
como un aguardiente
por el ojo del cuello
pasa el río que nos lleva a casa
el riego es algo más
que un reflejo en el asfalto
el Valle desliza
su párpado en la rueda
todavía hay que tragar mucha meseta
la saliva es un fármaco
al borde del destierro
3
el árbol sucede al poste
y no al revés
van quedando atrás
la recta termina
donde se juntan el infinito
y el alambrado
los álamos están en todas partes
y su circunferencia
en ninguna
el alambre es un reptil de ciudad
4
por algún motivo existen
los puntos cardinales
la manzana se come entera y con la piel
o bien se pela
y se divide en cuatro barquitos
5
en la charca de piedra
va y viene la lazada
sacando brillo
de las piernas de la madre
una de las dos
siempre está en alto
aquí
no aflora el látigo en el junco
pero igual
el cansancio del metal
corta la imagen
por lo más delgado
6
la soga que nos separa
abre una grieta
la diferencia
entre planear y volar
aún se aloja
en el péndulo del ala
poco importa
lo que haga el viento
la tierra dura como madre
lo mismo
que el reflejo de succión
el crudo se extrae por el pico
mientras ella teje
y cocina
la caja negra
7
la tierra alcanza su punto de hervor
la madre sopla
y entibia el viaje
de la cuchara a la boca
es prudente
quedarse en la burbuja
explorar
la tensión superficial
no dejar
que la comida se enfríe
ni que el tiempo
nos vuelva inflamables
8
el viento nos cría en su polea
haciendo vacío
es preciso abandonar
el estado líquido
el punto de ebullición
se salta en el aire
la madre
nos tira una soga
9
la piedra flota
en un mar negro y combustible
el huevo
que nos traen la cigüeñas
por el oro entregado
la distancia que media entre el derrame
y la mirada
una cuenca fluvial
pero la humedad
nos aparta del camino
10
no es del agua la lágrima
Negro
el río de la piedra que navega
su llanto
los huecos en la punta del cayado
devoran su estela de polvo
el agua se extrae de la tierra
perfora el pasado
como un catalejo
11
las vértebras del viento
sostienen el paso
sólo queda mirarse los pies
con los ojos rasgados
así
se llega a la Selva Fría
Selva Fría
¡Mirá, mirá, ahí viene una curva!, decíamos sorprendidos cuando el camino siempre derecho se doblaba al menos un poquito. A la derecha plano y a la izquierda, también. Y viento. En la Patagonia los vientos son vientos, no brisas.
Agostino A. Rocca. Cuaderno 17: Techint en la Patagonia. En busca de "El Dorado”
De hecho, es de este ruido que procede la palabra malaya bambú. El chasquido seco de las paredes que explotan al fuego por efecto de la presión del aire contenido entre los nudos hace ¡bam!, y el aire al escaparse hace buuu…
Yves Crouzet. Bambúes
1
el fuego artificial
es un invento chino
como todo lo que estalla
y crece
la Quila es un bambú
su noche está poblada de ojos
ranuras
por donde leer
los labios del reino vegetal
desde Linneo
la clasificación de las plantas
se basa
en la observación de sus flores
en los bambúes
la escasez de floraciones
dificulta
la tarea de los botánicos
en peregrinación
alzan las copas del saber
para tomar del humo una señal
el incendio ha comenzado
la flor
trabaja el aroma
con el filo del tiempo
han transcurrido sesenta años
la vista se nubla en la Selva Fría
pero la humedad
nos señala el camino
2
cuando los chinos
inventaron la Patagonia
aún no existía el papel
“Hay que poblar la Patagonia”
decían
confundiendo la parte con el todo
la pasta pisó sus propios pies:
“yo soy yo
y también soy ellas”
la mano que empuña el pincel
tomaba de la caña
papel y tinta
como un peldaño quebrado
la tierra fue ganando curvatura
un hilo negro surcó el cielo
3
el viento agita en su mano
las pulseras del vacío
en el cielo de la durísima lentitud
flotan las cañas de la Selva Fría
la distancia que nos une
se mide en nudos
4
hasta la copa llegan
noticias de las profundidades
la diferencia
entre individuo y población
en una misma especie
se aprecia en la raíz
existe todo un mar
entre oriente y occidente
será necesario
un corte
5
no siento mis pies
6
el paso se empequeñece
cuando sigue a su sombra
el surco que abre la ciencia oriental
se transita
con los pies dormidos
la lente del bonsai
disminuye las pulsaciones
sonámbulos
los vasos comunicantes
combaten el muñón del frío
7
la madre mira a través de los platos
la pila asciende vertiginosamente
el agua nace
de la ubre
se crece de raíz
echando leches al aire
el botánico vislumbra
en el rizoma
los misterios de la reproducción
en poco tiempo
madre e hija
serán indistinguibles
8
los retoños de esta caña
son usados
para consumir las nubes de los ojos
para esto
se cortan por el pie y por la punta
y se despojan
de sus capas exteriores
se pone un poco de azúcar piedra
en el corazón que queda
y se coloca todo al sereno en una vasija
luego
con el agua que se encuentra por la mañana
en el corazón del retoño
se mojan las nubes con una plumita
9
no existen recetas
la niebla semilla
y abandona la vaina
el mundo se curva
en el zumbido
el tejido elástico del agua
eleva al cielo
su mira telescópica
la Quila es una esfera infinita
cuyo centro está en todas partes
10
algo más profundo que el rocío
se posa en los arbustos
la senda por la espina del frío
tiñe los dedos al hablar
el paso debe ser silencioso
los labios se alejan
violetas
la bahía fecunda en las rodillas
para hacer dulce
el descenso en las aguas
Calafate es el nombre de un fruto
11
el tiempo se detiene en la madera
una cuchara emerge entre las manos
coloca al caminante
en la piedra húmeda
la empuñadura
talla la fatiga
aquello que da de comer
es el dibujo blando del radal
un tratado de mil hojas
para los días de lluvia
12
cintura que mana de una esponja
borrando huellas
en la Selva Fría
frío en los huecos del cayado
respiro
por el canal abierto de la caña
doy
con mi blanco
móvil
vuelvo
13
sólo el grillo de las brasas
ilumina su rostro
de pie
el Ingeniero observa el paisaje
sesenta años
entre una floración y otra
las copas de los álamos
permiten ver el bosque
brindemos por la agronomía
para tomar del humo una señal
el incendio ha terminado