La Selva Fría (En Danza, 2006)

Pehuén

 - ¿Qué buscas, hijo? - preguntó Nguenechén.

- Algún alimento para mis hermanos de la tribu que se mueren de hambre.
Por desgracia no he encontrado nada.

- Y tantos piñones que ves en el piso bajo los pehuenes, ¿no son comestibles?

Leyenda del Pehuén (fragmento)



1

somos inocentes

tu jardín
tiene un volcán apenas asomado


tu rebaño
trae a los hombres la lana de la escritura


2

tu telar
es de madera de araucaria
nuestros  brazos hablan
por boca de volcán

el rehue está rebosante de palabra escrita


3

tejimos una piedra y un zapato
subimos a tu cumbre

perdónanos la molestia
así como nosotros
tenemos confianza en nuestro dios


4

Nguenechen ha dado fruto

su madera es el cáliz
donde hierven las agujas
de nuestros pies dormidos

nuestra huella es de fuego sobre el basalto quebrado


5

somos

la sombra que deja un dios descalzo
en la punta del cielo

los restos mortales
vegetales
de un tejido inconcluso


6
 
la sequía nos trajo hasta aquí
con las manos unidas formando un cuenco

pedimos tu fuego
para llegar al sitio
donde las aguas mugen

somos sagrados
nuestra abundancia está en los cuernos


7

la mitad
está del otro lado

caballos

de la rienda de la noche

hombres

mientras
una gota negra
cae

un dedo dibuja 
un trazo sobre el vidrio


8


y el tacto es un tambor

la curvatura del azúcar en tu día

Pehuén

la machi que maldijo
puso tus husos ahí

donde el cristal se vuelve hilo

toco
horas que pasan como ovejas


9

con
hambre de púas

la luna es una tormenta

hubo un mar aquí alguna vez

de aquel naufragio
crecieron árboles


10

cuento con mis manos que pastan para dormir

tu beso llega en el tiempo de la esquila

filo
que corta por la mitad


11

tirando de las bridas de la luz
monto por el filo que separa

hombre y caballo

su silueta
es un tropiezo en la mitad

cada vez que se cae
se apoya en mi sombra


12

en el sentido del tiempo

las agujas pasan por mi mano
como tu espina dorsal

en la arena que vuela


13

en cuatro patas atadas
cabe un dedo

se desliza
con el filo hasta la piel

con lo que sobra
de mi mano

estoy tejiendo un sable de lana


14


el fardo
se estiba en un espejo

a través de la lana

Pehuen

crecimos en tamaño


15

filo que come carne rumiante

pastora de nadie
cascada
seca y dura
como tus hojas

me corto
como el Limay con la piedra


16

hierven tus piñones

avispas
en el viento que sopla

no me voy a quemar esta vez

para comerte blando

me callo
lo que tu sombra divulga


17

antes de saber
que tu fruto era comida

tu fruto fue veneno
fruto prohibido

aún temo la ira de Nguenechén

llueve sopa de piñón
pero mi boca se cierra
como el ojo que mira un secreto


18

del llanto de Pehuén
se curan las heridas

tengo un frasquito lleno
de goma de Pehuén

le lloro adentro
para cicatrizar

Pehuén

no me devuelvas
llevándote los vidrios


19

el alimento cae
con los primeros fríos

un perro se libra del exceso
muda de piel en gotas duras

Pehuén

el peso de los hijos
es lo que da de comer

un ladrido
retumba en mis calderos


20

me cuento los anillos

el tiempo desgarra
la piedra de vivir

tomada por el cuello
me vuelvo inofensiva

suero

la piel del agua es el retrato
de una dama que se hunde

mirame y no me toques

Pehuén

por miles de años



Castor



Introducido en 1946 por productores de pieles instalados en Lago Fagnano, Tierra del Fuego, sus represas alteran peligrosamente los ecosistemas patagónicos. Por donde pasa el castor transcurren muchos años antes de que vuelva a regenerarse el medio.

Fabián Jaksic y Clive Jones. Animales exóticos en las islas magallánicas.



El castor recibe su nombre del hecho de ser castrado. Este animal es cazado por sus testículos, que resultan aptos para su  uso en medicina y perfumería; cuando un cazador se aproxima a un castor, y éste advierte que ya no puede huir, él mismo extirpa sus testículos para lograr salvarse.

 Isidoro de Sevilla. Etymologiarum, 12, 2:21




1

sombra del agua en el agua
curva del roedor en gotas chinas
dientes paralelos de la demora

compro tierra por hacer algo edificante

Castor me mira y se sumerge


2

Castor es para el agua
y la sombra soy yo

de mis raíces

la mitad más alta
me está predestinada

la otra mitad
sólo espera

el reflejo
de la piedra hundida


3

para Castor el agua
es una gota

mis ojos
la línea de flotación


4

la inmersión
es el descenso de la piedra china

fricción del agua
en su propio pelaje


5

Castor cubre las apariencias
con un delgado movimiento

se despereza
y mira
la raíz
como si fuera inocente


6

dormir de la tierra
para vivir

la espesura dilata las pupilas

observo

cómo al abrigo del mundo
se cubre el fin del mundo


7

la escarcha toma su cola de pez

un hilo plateado
en el cristal mullido

reconozco
al tacto

la espina de la fragilidad


8

cubro de raíz
la mitad que se pudre

Castor orada
la continuidad de mi especie

una especie en peligro de inmigración

miro
como quien mira el agua
debajo del agua


9

pero somos inocentes

escucho

la circulación del alimento
los túneles que engorda
la naturaleza


10

Castor

mi casa es de madera antisísmica

nos hicimos pequeños
para poder entrar
pero el temblor
nos puso en evidencia

el agua clandestina
dejó un reguero de escamas


11

la espalda del agua te atraviesa

por tu cuello muere un pez
es la madera en que se mecen los caballos


12

el latido de la madera
en tu silencio

espero que aprendas a hablar

Castor

de qué están hechos
los leños
que se encienden en el agua


13

Castor produce
un aumento de caudal

pero un túnel se lo lleva

porto mis diques
como la vestimenta requerida
para un largo viaje

soy mis lagunas
mi extensión es tubular

sueno a hueco


14

mientras Castor
compone el desencuentro
del agua con el agua

viajo sola

dulce
incolora
insípida

fría

un espejo
que se mira en un espejo
que se mira en un espejo
que se mira en un espejo

así
hasta el cielo


15

caminar sobre las aguas es asunto de santos

para salir ilesos de la falta de huellas
nuestro corte transversal
es la envoltura del agua

abierta en canal

un derrotero impecable
se hace eco de los pasos


16

pido pan

la miga del agua tiene
para andar

mi dentadura

Castor

para no perderse
el agua se ha vuelto masticable
y difícil de tragar

pasto de roedores

mi mandíbula es el mundo conocido
encierra una lengua de agua
que guarda el secreto
como se guarda el pan

para que dure


17

para salir a flote
la carne de contar
nos une los dedos

la cuenta regresiva
es un movimiento
de la palma en el agua

el impulso se toma el tiempo
entre una brazada
y otra

¿cómo será el agua que nos una?

para nadar me alcanzan
los dedos de tu mano

y lo que viene con ella


18

tu mitad está de mi lado

la otra mitad
tiene el peso de las mariposas

posadas por miles
quiebran las ramas

Castor

las alas levan anclas


19

el sueño se había abierto

el disparo salía de él como un perfume


20

un gigantesco tronco
se ensanchaba

para enterrar al fin
en el corazón del agua

una dentellada del aroma
removiendo la imagen


21

el cristal se hace carne
y la respiración

un alambique donde lavar el flujo
impecable y sonoro
metido hondo en las fosas nasales

era posible comprender
la incomodidad de tus patas
en el conducto

aún así
inhalamos juntos
pujando por salir


22

escapábamos de incógnito
a la cornamenta de hierba

ni siquiera supe
que habías sido destilado

o que habías atravesado limpiamente
mis dedos

mi cuerpo entero soportó tu peso

con el frío de tu parte
mis manos vueltas
astillas de alambique
despedían tu olor


23


haber sobrevivido
y no poder contar

con lo más profundo

los dientes
se hicieron carne
de la urgencia

para el cazador
queda el perfume

la cura en salud
es una costra

un retoño que brota
en la ingle llena de cánulas


24

el deseo de hundirse
como una moneda
en tu ranura

lo que dejó detrás
para los cazadores

lo que prometió

no se cumple




Cigüeñas




Cuando el petróleo no emana por su propia cuenta por falta de presión o por tener demasiada viscosidad, se debe recurrir a otros métodos. La operación consiste en bajar una bomba de profundidad que suministre energía adicional e impulse el fluido, unida a una sarta de varillas conectadas al aparato de bombeo,  al que le dan movimiento. El Aparato Individual de Bombeo comúnmente es conocido como "Cigüeña".

Comodoro Rivadavia. Museo del petróleo. El Bombeo Mecánico.



1

erguirse es una forma de volver

un hilo de seda separa
la curva de la recta
trabaja el aire
con el filo del regreso

la reverencia
toma del cielo las nubes de los ojos
y engorda la tierra

la vista se nubla en la meseta


2


los oasis
enderezan la garganta
como un aguardiente

por el ojo del cuello
pasa el río que nos lleva a casa

el riego es algo más
que un reflejo en el asfalto

el Valle desliza
su párpado en la rueda

todavía hay que tragar mucha meseta

la saliva es un fármaco
al borde del destierro


3

el árbol sucede al poste
y no al revés

van quedando atrás

la recta termina
donde se juntan el infinito
y el alambrado

los álamos están en todas partes
y su circunferencia
en ninguna

el alambre es un reptil de ciudad


4


por algún motivo existen
los puntos cardinales

la manzana se come entera y con la piel

o bien se pela
y se divide en cuatro barquitos


5

en la charca de piedra
va y viene la lazada
sacando brillo
de las piernas de la madre

una de las dos
siempre está en alto

aquí

no aflora el látigo en el junco
pero igual

el cansancio del metal
corta la imagen
por lo más delgado


6

la soga que nos separa
abre una grieta

la diferencia
entre planear y volar
aún se aloja
en el péndulo del ala

poco importa
lo que haga el viento

la tierra dura como madre
lo mismo
que el reflejo de succión

el crudo se extrae por el pico
mientras ella teje
y cocina
la caja negra


7

la tierra alcanza su punto de hervor

la madre sopla
y entibia el viaje
de la cuchara a la boca

es prudente
quedarse en la burbuja
explorar
la tensión superficial

no dejar
que la comida se enfríe

ni que el tiempo
nos vuelva inflamables


8

el viento nos cría en su polea
haciendo vacío

es preciso abandonar
el estado líquido

el punto de ebullición
se salta en el aire

la madre
nos tira una soga


9


la piedra flota
en un mar negro y combustible

el huevo
que nos traen la cigüeñas
por el oro entregado

la distancia que media entre el derrame
y la mirada

una cuenca fluvial

pero la humedad
nos aparta del camino


10

no es del agua la lágrima

Negro
el río de la piedra que navega
su llanto

los huecos en la punta del cayado
devoran su estela de polvo

el agua se extrae de la tierra
perfora el pasado
como un catalejo


11

las vértebras del viento
sostienen el paso
sólo queda mirarse los pies

con los ojos rasgados
así

se llega a la Selva Fría



Selva Fría




¡Mirá, mirá, ahí viene una curva!, decíamos sorprendidos cuando el camino siempre derecho se doblaba al menos un poquito. A la derecha plano y a la izquierda, también. Y viento. En la Patagonia los vientos son vientos, no brisas.

Agostino A. Rocca. Cuaderno 17: Techint en la Patagonia. En busca de "El Dorado”




De hecho, es de este ruido que procede la palabra malaya bambú. El chasquido seco de las paredes que explotan al fuego por efecto de la presión del aire contenido entre los nudos hace ¡bam!, y el aire al escaparse hace buuu…

Yves Crouzet. Bambúes


1

el fuego artificial
es un invento chino

como todo lo que estalla
y crece
la Quila es un bambú

su noche está poblada de ojos

ranuras
por donde leer
los labios del reino vegetal

desde Linneo
la clasificación de las plantas
se basa
en la observación de sus flores

en los bambúes
la escasez de floraciones
dificulta
la tarea de los botánicos

en peregrinación
alzan las copas del saber
para tomar del humo una señal

el incendio ha comenzado

la flor
trabaja el aroma
con el filo del tiempo

han transcurrido sesenta años
la vista se nubla en la Selva Fría

pero la humedad
nos señala el camino


2

cuando los chinos
inventaron la Patagonia
aún no existía el papel

“Hay que poblar la Patagonia”
decían

confundiendo la parte con el todo
la pasta pisó sus propios pies:

“yo soy yo
y también soy ellas”

la mano que empuña el pincel
tomaba de la caña
papel y tinta

como un peldaño quebrado
la tierra fue ganando curvatura

un hilo negro surcó el cielo


3

el viento agita en su mano
las pulseras del vacío

en el cielo de la durísima lentitud
flotan las cañas de la Selva Fría

la distancia que nos une
se mide en nudos


4

hasta la copa llegan
noticias de las profundidades

la diferencia
entre individuo y población
en una misma especie
se aprecia en la raíz

existe todo un mar
entre oriente y occidente

será necesario
un corte


5

no siento mis pies

6

el paso se empequeñece
cuando sigue a su sombra

el surco que abre la ciencia oriental
se transita
con los pies dormidos   

la lente del bonsai
disminuye las pulsaciones

sonámbulos
los vasos comunicantes
combaten el muñón del frío   

7

la madre mira a través de los platos
la pila asciende vertiginosamente

el agua nace
de la ubre

se crece de raíz
echando leches al aire

el botánico vislumbra
en el rizoma
los misterios de la reproducción

en poco tiempo
madre e hija
serán  indistinguibles


8

los retoños de esta caña
son usados
para consumir las nubes de los ojos

para esto
se cortan por el pie y por la punta
y se despojan
de sus capas exteriores

se pone un poco de azúcar piedra
en el corazón que queda
y se coloca todo al sereno en una vasija

luego
con el agua que se encuentra por la mañana
en el corazón del retoño
se mojan las nubes con una plumita


9

no existen recetas

la niebla semilla
y abandona la vaina

el mundo se curva
en el zumbido

el tejido elástico del agua
eleva al cielo
su mira telescópica

la Quila es una esfera infinita
cuyo centro está en todas partes


10


algo más profundo que el rocío
se posa en los arbustos

la senda por la espina del frío
tiñe los dedos al hablar

el paso debe ser silencioso

los labios se alejan
violetas

la bahía fecunda en las rodillas
para hacer dulce
el descenso en las aguas

Calafate es el nombre de un fruto


11

el tiempo se detiene en la madera

una cuchara emerge entre las manos
coloca al caminante
en la piedra húmeda

la empuñadura
talla la fatiga

aquello que da de comer
es el dibujo blando del radal

un tratado de mil hojas
para los días de lluvia


12

cintura que mana de una esponja
borrando huellas
en la Selva Fría

frío en los huecos del cayado

respiro

por el canal abierto de la caña

doy

con mi blanco
móvil

vuelvo


13

sólo el grillo de las brasas
ilumina su rostro

de pie
el Ingeniero observa el paisaje

sesenta años
entre una floración y otra

las copas de los álamos
permiten ver el bosque

brindemos por la agronomía
para tomar del humo una señal

el incendio ha terminado