Enero de 2009. En pleno invierno, el fotógrafo-lingüista José María Areta recorre la selva de Corea con su cámara y lee poemas escritos en la Patagonia. Éste es el resultado:
algo más profundo que el rocío
se posa en los arbustos
la senda por la espina del frío
tiñe los dedos al hablar
el paso debe ser silencioso
los labios se alejan
violetas
la bahía fecunda en las rodillas
para hacerse dulce
el descenso en las aguas
Calafate es el nombre de un fruto
Silvia Castro, La Selva Fría
el viento agita en su mano
las pulseras del vacío
en el cielo de la durísima lentitud
flotan las cañas de la Selva Fría
la distancia que nos une
se mide en nudos
[...]
existe todo un mar
entre oriente y occidente
será necesario
un corte
la escarcha toma su cola de pez
un hilo plateado
en el cristal mullido
reconozco
al tacto
la espina de la fragilidad
Algunos comentarios...
Una estrofa de un poema que me impresionó por la imagen del castor, que de por sí es un "depredador" del entorno. La foto la he hecho expresamente para esa estrofa, así que no tengo excusa.
Me ha gustado muchísimo tu libro. Creo que tienes una sensibilidad exquisita.
Espero que el dolor sea controlable. Como diría Tesnière, dónde lo escribieras es un "circunstante".
Cuando veo alguna imagen (fotográfica o literaria) de la Patagonia me imagino una naturaleza virgen, con un silencio abrumador, roto por la propia agonía del mundo.
Así veo tu poesía.
Lo que he leído en ciertos momentos me recordaba una oración.
Imagino que citaré más de tu obra, si me dejas. Me gusta. Me parece de una sinceridad hiriente.
Saludos desde Corea. José María Areta
1 comentario:
Te agradezco, Silvia, lo de fotógrafo: más aficionado que otra cosa.
Gracias, y felicidades por tu escritura.
Saludos desde Corea.
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