La reja de Joyce: tocar el barrote



Si la cámara fotográfica es de hecho una máquina construida con el objetivo de fijar imágenes de la realidad en un soporte físico concreto, que luego encuentra su continuación en la cámara y el proyector cinematográfico, generando la ilusión de movimiento a partir de imágenes estáticas, el video surge como un dispositivo mas abstracto de traducción y flujo de información. De hecho no hay fotograma visible en una cinta magnetica o digital de video. Puros ceros y unos. Información abstracta a ser decodificada y retraducida en imágenes. Todos sabemos esto y no hay una gran novedad aquí. Sin embargo cuando tomamos una cámara de video lo primero que hacemos es encuadrar, enfocar, etc etc, todas operaciones relacionadas a la fotografía. Y lo mismo suele ocurrir cuando editamos: suele editarse video de la misma manera que se edita un film desde 1910, cortando, pegando, fundiendo planos, contraplanos, etc.

Ahora bien, si el video y sus dispositivos, no son esencialmente máquinas de imágenes, que es lo que son? O mejor dicho ¿desde que lugar pretendemos abordarlos en este entorno? Ya que, ante todo, el video parece ser un medio no-específico, inestable, abordable desde múltiples y hasta contrapuestas perspectivas ¿hacia donde, entonces, nos interesa desplazar el funcionamiento de este dispositivo impreciso que parece arrastrar tras de si un ojo ciego? Tal vez la primera operación sea precisamente arrancarle los ojos al video. Cegarlo. Y paradójicamente no pienso en una ceguera en tinieblas, privada de visión, sino por el contrario, en una visión que se talla desde lo tactil, lo tangible y lo audible y no desde la retina fotosensible exclusivamente. Recuerdo el texto de Joyce en el Ulises: si uno puede meter sus cinco dedos a través, es una reja, si no una puerta. Cierra los ojos y mira.

Joyce nos hace bien patente en este texto que en toda visión existe la promesa de lo tangible. Como una mano atravesando la reja, las cosas pasan a través de la vista. A mi me gustaría agregar que en esa forma de tactilidad existe de manera latente también todo lo audible. Debemos tocar (touch) las cosas y al tocarlas (play) escuchar su repiqueteo.

Intentar hacer del video un medio palpable y audible antes que visible exige sin embargo un corrimiento, un desvío tanto en nuestra aproximación perceptiva y conceptual como en la manera de acercarnos a las herramientas, materiales y procedimientos. Podríamos pensar de hecho, el desvío en sí como el primer procedimiento y operación y a partir de ello replantearnos que es aquello que consideramos herramientas y materiales.
Extraído de El Video Dislocado

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