Frente a los cerrojos: Henry Michaux

"Los pies no aprueban el rostro, aprueban la playa." (p.143)

"Puse un charco en tu ojo que ya no ve..." (p.113)

"Sobre el lazo negro tus acciones se inscriben.
Sobre el gran ojo blanco de un caballo tuerto rueda tu porvenir."(p.117)

"Le corta la cabeza con un sable de agua, luego se declara inocente y el crimen desaparece con el arma que se diluye" (p.129)

"No se ven las comas entre las casas, lo que hace tan difícil su lectura y tan cansado recorrer sus calles. La frase en las ciudades es interminable. Pero fascina y los campesinos, antaño valerosos, abandonan los campos porque quieren darse cuenta por sí mismos del texto admirablemente retorcido del que todo el mundo habla, tan difícil de seguir, casi siempre imposible. No obstante, es lo que esos obcecados trabajadores intentan hacer, caminando sin parar, atrapando de paso las enfermedades de las alcantarillas y la lepra de las fachadas, más que su sentido, que sigue zafándose. Drogados de miseria y de fatiga, deambulan ante los escaparates, perdiendo a veces su objetivo, pero nunca su búsqueda... así van nuestros preciosos campos." (p.137)

"Jamás desesperen. Dejen más tiempo la infusión." (p.139)

"¿Quién ha tenido la posibilidad de observar la sombra de una pantera sobre un gamo que corre?" (p.141)

"Quien combate con armas visibles, tarde o temprano se las quitarán, y se burlarán de él porque hizo tanto ruido y no tiene armas" (p.171)

"Todo lo que sobresale acabará siendo sociable." (p.175)

"Cuando los ojos creen, las manos se engañan." (p.175)

"¡Dejas que alguien nade en ti, que se instale en ti, que haga lo que quiera contigo y quieres seguir siendo tú mismo!" (p. 351)

"Si trazas un camino, cuidado, te costará volver a campo abierto." (p.353)



Henry Michaux. Frente a los cerrojos. Pretextos, 2000.

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