No hay juego, ni mucho menos videojuego, que sea más violento que el ajedrez: se juega para eliminar a un rival por el que se va larvando un odio homicida así que avanza la jugada. No se trata de eliminar piezas rivales, se busca el escarnio del otro desde una posición de soberbia absoluta. Sólo se ha de ver la violencia con que se pulsa el reloj que cuenta el tiempo de la jugada o el punto de sadismo con que se coloca una pieza con la intención de tender una "celada" (hay textos de ajedrez que sólo tratan "celadas"). Es el juego de las revanchas continuas y constantes. No hay jugador de ajedrez que después de perder no se la "tenga jurada" al que acaba de derrotarlo.
Pero no nos derivemos. Dos razones por la que me gusta el poema, por la relación que estableces entre rey>realidad>verdad: lo absoluto no existe fuera del cartón, el que no juega no existe, siempre en la realidad juegan lo uno y su contrario,por eso la realidad nunca será verdad sino sólo su parte.
El dedo tuerto es tal vez el gran hallazgo del poema si se relaciona con la risa de la pieza que falta y esa forma de contrarefranear con lo del que "ríe último...."
Quiza la pieza que falta es la que dejó desnudo al rey, pero el rey aún no lo sabe.
Hugo me encantó tu semblanza del ajedrez y tus comentarios sobre el poema. Especialmente:
"lo absoluto no existe fuera del cartón, el que no juega no existe, siempre en la realidad juegan lo uno y su contrario,por eso la realidad nunca será verdad sino sólo su parte."
Hoy leí fileteado en el guardabarros de un camión: "mi motor es la envidia del que mira".
En esa gramática está mi búsqueda, en la que juega la significación y su contrario, como una espada sin empuñadura. La pieza que falta es el sitio donde se enfunda esa espada.
Otro abrazojuerte y gracias por tu filosa lectura, viejotopo!
4 comentarios:
"El dedo tuerto" !!! Genial Sil!
ab dicó por el ojo
(ji ji)
qué bueno que te guste
abrazofuerte
Hola Silvia:
No hay juego, ni mucho menos videojuego, que sea más violento que el ajedrez: se juega para eliminar a un rival por el que se va larvando un odio homicida así que avanza la jugada. No se trata de eliminar piezas rivales, se busca el escarnio del otro desde una posición de soberbia absoluta. Sólo se ha de ver la violencia con que se pulsa el reloj que cuenta el tiempo de la jugada o el punto de sadismo con que se coloca una pieza con la intención de tender una "celada" (hay textos de ajedrez que sólo tratan "celadas"). Es el juego de las revanchas continuas y constantes. No hay jugador de ajedrez que después de perder no se
la "tenga jurada" al que acaba de derrotarlo.
Pero no nos derivemos.
Dos razones por la que me gusta el poema, por la relación que estableces entre rey>realidad>verdad: lo absoluto no existe fuera del cartón, el que no juega no existe, siempre en la realidad juegan lo uno y su contrario,por eso la realidad nunca será verdad sino sólo su parte.
El dedo tuerto es tal vez el gran hallazgo del poema si se relaciona con la risa de la pieza que falta y esa forma de contrarefranear con lo del que "ríe último...."
Quiza la pieza que falta es la que dejó desnudo al rey, pero el rey aún no lo sabe.
abrazojuerte
chau,
hugo
Hugo me encantó tu semblanza del ajedrez y tus comentarios sobre el poema. Especialmente:
"lo absoluto no existe fuera del cartón, el que no juega no existe, siempre en la realidad juegan lo uno y su contrario,por eso la realidad nunca será verdad sino sólo su parte."
Hoy leí fileteado en el guardabarros de un camión: "mi motor es la envidia del que mira".
En esa gramática está mi búsqueda, en la que juega la significación y su contrario, como una espada sin empuñadura. La pieza que falta es el sitio donde se enfunda esa espada.
Otro abrazojuerte y gracias por tu filosa lectura, viejotopo!
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