
baldíos de la mar
I
sí,
la torpeza
o el azar
-que todo cuenta-,
pero cuando el mar
trajo la sombra
y su barrena
fue para no hacer prisioneros
después
de la celada.
II
no
como lo que no se quedó
la herrumbre,
no
como la luz que no abrió
en la sal
no,
la ruina señorea
los baldíos
que la mar
no hurtó
al naufragio.
III
desnudos
los huesos de las cuadernas,
cuenta
el tiempo
el hierro.
Hugo García Saritzu
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