PUELCHES PARA VER SI ESTAMOS



Nota de GRACIANA MILLER·LUNES, 6 DE ABRIL DE 2020·





Puelches es el título de un libro editado por la Edit. UNRN, La Tejedora, Viedma, Río Negro 2018, escrito por la poeta Silvia Castro (nacida en General Roca, Fiske, vive en Buenos Aires).
Puelches es además el nombre de un pueblo que está situado camino a y al que, como la autora, uno suele mirar de paso por la ruta, o asombrarse de su paisaje mientras para unos minutos para estirar las piernas o aprovisionarse de combustible.
De movida, resulta extraño, que alguien escriba un libro de poemas con este título (por lo menos a mí me asombra y bien). Aunque no tan extraño, si una se entera que en este pueblo pampeano vivió y trabajó el poeta Juan Carlos Bustriazo Ortiz y que allí conoció a doña Rosa Puelche, una maestra, de la que se enamoró y fue destinataria de muchos de sus poemas. (¿Quién teje? 57). Según cuenta la autora, un día decidió pasar allí una Semana Santa, habiendo escrito antes sus poemas.  Para luego contrastarlos con esa experiencia que anotó en un Diario que nunca fue publicado.
La hablante poética introduce en este libro elementos de un paisaje de Puelches que se integra con lo humano, -de los que voy a destacar sólo algunos, teniendo en cuenta aquellos que llevan a escribir, según la misma Silvia Castro  (¿Quién teje? 57). Estos elementos pudieran ser la “herrumbre del cielo” o el costillar cromado de un Torino, al que un líquido lustrador le saca reflejos que se ha llevado el óxido. Como así también el desierto que es blanco, y la carne transparente.  O un camino con “una doble línea amarilla”. Y en “La gomería” (29) un personaje, la chica de Goodyear, (que no es de este mundo) y que está cubierta apenas con “dos parches negros”.
Como el personaje de Lucía “Lucía párpados de pez” (07) que “se toca” para ver si está, Puelches nos contacta, para ver si estamos”. Nos toca de una manera sutil, visualmente, nos acaricia y nos pone límites: El tiempo pasa por el caucho borrando huellas (30).  Nos hurga con las manos arrugando la tela/la puntada apretada, rematando en un nudo el remolino, sujetando con alfileres/el papel de molde. Nos pulsa con el aire caliente donde Las antenas se disuelven. También con las estatuas vivientes del amor/ que cuidan la pantalla que hierve…Nos hace vibrar con un silencio (34); un Torino que respira a través de un costillar cromado; las cabras que ramonean los cables caídos (54)
Los colores ingresan en “Sal de la casa” (47) también con ese fin.  A los cuadros azules vuelven los botes/vacíos de rostros/sobre los blancos se apoya/la única posibilidad del flamenco. La vida es “color de rosa/ese espejismo que nunca vuela.” Y “un manto negro busca la salida de la casa frente al miedo.”
Esta reseña es un recorte, desde mi lugar de lectora y escritora. Considero que, en estos tiempos en que no podemos tocar al Otro, que un libro nos palpe así con palabras que nos hacen sentir vivos, es una señal de que no estamos despersonalizados. Escritura y lectura se viven como espejos y se aúnan en los textos. Silvia Castro no publicó “ese” Diario, sí escribió “Puelches” para reivindicar que estamos. Felizmente. 

GRACIANA MILLER.  Poeta y escritora rionegrina. Reside en Fiske Menuco / General Roca. Estudió abogacía, ejerció la profesión y fue docente universitaria e investigadora.  Ha participado en Talleres Literarios como miembro y como coordinadora, en Encuentros Regionales de Escritores y Críticos Literarios y en Recitales Individuales y Colectivos de poesía. Ha integrado publicaciones colectivas del Taller Literario y Centro de Escritores de General Roca "Entre Bardas" (1981); "Canto Rodado" (1981); "Propiedad Horizontal" (1985-1997); "Desde el Andén" (N| 6) y una "Antología Poética" (Poesía Río Negro Antología v. I 2006).  Como autora ha publicado 4 libros de poesía: "Poemas para SOStener paredes vol. 1 (seleccionado por el Fondo Editorial Rionegrino) y vol. 2 (años 2007 y 2003).
"De Cadencias y Cannabis" (2016) y "Ama de leches" (2016) editados por Alción Editora.



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