Fanny Campos Espinoza
En el desértico norte chileno
conviven muchos muertos que han dejado diversas violencias estatales y
políticas, la Guerra del Salitre, las represiones de las huelgas de los
trabajadores de la minería, y los campos de concentración en Pisagua para apresar a comunistas perseguidos
por la ley maldita de González Videla en los años ’40, y en los 70’ s, en el
cruel marco de la Dictadura cívico-militar liderada por Augusto Pinochet, donde
fueron torturados partidarios del presidente Salvador Allende.
Desde que se descubrieron fosas
comunes en Pisagua en los años ’90, éste pasó a ser uno de los lugares más
emblemáticos de las violaciones de los DDHH en Chile y el mundo. A este “no
lugar” que en aymara significa “tierra sin agua”, ha dedicado estos versos la
autora Silvia Castro.
En 53 poemas, de una sutileza
exquisita, Castro boceta los horrores vividos por quienes perdieron el cuerpo
en Pisagua, ese no lugar que es “todo lo que se puede morir estando vivo / todo
lo que se puede vivir estando muerto”, en el cual traicionar a los compañeros y
“vivir no está en los planes de nadie”.
Silvia toma los ecos de todas
aquellas valientes personas que se fueron sin delatar, en esta suerte de “palimpsesto
solidario” de almas: “los caídos en la guerra / los caídos en las huelgas del
Salitre / los caídos en las dictaduras”, invitándonos a aguzar el oído de la
memoria colectiva, en un viaje por este desierto que vale la pena atravesar,
caminando lentamente en este libro, de una belleza y profundidad conmovedora. (texto de contratapa)
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