"En cada verso, Silvia Castro articula un movimiento que en sí mismo tiene dos direcciones posibles. La primera es contundente y se detiene en la nominación inmediata del mundo. La segunda, abstracta y expansiva, nace del asombro esencial que provoca contemplar ese orden. El efecto es único, poderoso, abisal. La voz de Castro alude lo inaudito con el reverso diáfano de lo cotidiano". Jorge Consiglio.
LOS HUESOS DEL TIEMPO
"Derivas de la dimensión omnívora
de la cámara (“las papilas gustativas de la luz”), la fotografía almacena
imágenes. Como el relámpago, como el flash, como el isondú, fotografía y poema
iluminan zonas oscuras y rescatan lo que se oculta al ojo rutinario.
“En una hoja cabe el mundo”,
escribe Silvia Castro, y cada fotografía es botón de muestra. El ojo de la
cámara relata sin que importen los desniveles: lo que se ve destaca lo que no
se ve, lo visible tiene su detrás, su
fuera de foco, su fuera de encuadre.
El relato siempre será el doble
juego de la palabra que nombra y el silencio que la rodea, de los trazos de
tinta y el vacío a su alrededor. Dicho de otra manera, en palabras de la poeta
y en otro dominio, “una fotografía a imagen y semejanza / del vacío que crea /
los huesos del viento la sostienen”. Idénticos los huesos que la mirada del
escritor levanta, los que sostienen el relato, los que sostienen el poema.
Espejo y resguardo contra la
finitud, la imagen capturada perpetúa fragmentos de vida, detiene el tiempo,
anula el futuro y entrega su milagro, su porción de eternidad: el dedo índice
que en la fotografía actual de la escultura del cementerio de Recoleta aparece
mutilado, ha quedado indemne en la fotografía de la misma escultura, tomada en
1914". Marta Ortiz
CON TODAS LAS DE LA LEY
Cayó a mis manos "Isondú",
no necesito decir que es tu libro de poemas. Medio distraído, le eché un
vistazo antes de meterlo, quizás hundirlo en mi biblioteca para que dialogue en
el silencio del estante con multitud de libros de poesía. No sé con qué voz pues
este libro posee una que me parece muy diferente, lo que se suele designar como
original. Puedo percibir que lo es, no es lo mismo que precisarlo y decirlo;
pero me arriesgo un poco y digo que es tal vez la desenvoltura, el recorrido
serpenteante de los versos, la precisión de las frases y el cuidado de las
disonancias. Viejo problema: para muchos
esta precisión atenta contra la explosión sentimental; yo no creo, más bien me
chocan los lugares comunes, los buenos sentimientos. No los hay en tu libro y
eso hace que te lo agradezca. Y que me permita mandarte un saludo con todas las
de la ley. Tuyo, Noé Jitrik
CORRIMIENTOS/DESFASAJES
"Mis derechos de autor se acaban
en la superficie del agua dice la primera línea del arte poética de Silvia
Castro. Pero ella se escurre. Y agrega: La fotografía no existe, es mujer /
muerta de parto, y la poesía es su réquiem. Desde las primeras líneas de Isondú
los supuestos acerca del arte son puestos en cuestión. Pero, al tomar el riesgo
de cerrar cada lugar seguro, la autora logra formas de desplazamiento en las
que el texto alcanza un máximo de eficacia. Ella juega: …no existe, nos dice,
pero es mujer muerta de parto. Y esta es una de las claves del libro, pues la
poeta también es fotógrafa y el poemario gira en torno a una de sus fotos, la
que ilustra la tapa. Nos referimos a una toma hecha en el cementerio de la
Recoleta. Allí, en la estatua, la educadora Emma Nicolay de Caprile, sostiene a
un niño al que le enseña a leer. Vemos en la foto que a Emma le falta un dedo:
una fotografía a imagen y semejanza /del vacío que crea escribe Silvia, que
también fue docente. Asimetrías, topografías irracionales: la pieza que falta /
la que ríe mejor. Ante el preciso disparo del obturador, leemos el poema Laica
y nos preguntamos: ¿Es Laika, la perra astronauta, un animal de un solo ojo, la
célebre cámara Leica o las tres cosas a la vez? Como escribe Silvia la lengua
madre sale movida y es ese corrimiento o desfasaje lo que conmueve sin
efectismos, con un lenguaje llano y una poesía compleja. Y si del elemento agua
hablamos, Isondú también tiene su reflejo en un libro escolar que lleva el
mismo título, de E. Correa Morales, publicado cien años antes que este
poemario. Allí, la imagen de tapa aparece completa. El “gusano de luz” al que
alude el nombre de este libro es definido como “lujo de esta fauna”. Queda en
el lector determinar si lo que alumbra fascina, ciega o nos ayuda a ver. Javier Galarza
No hay comentarios:
Publicar un comentario